Valor de la saliva
La saliva juega papel fundamental en la conservación de la salud bucal, ya que aporta elementos como calcio y flúor, que fortalecen a los dientes, sin olvidar que permite la regulación de los niveles de acidez (pH), de tal forma que crea las condiciones necesarias para impedir la proliferación de bacterias nocivas, mismas que se alimentan de azúcares y los transforman en ácidos que dañan a encías y esmalte dental.
La producción de saliva disminuye naturalmente en las personas mayores y, aún más, es importante señalar que este fenómeno puede acentuarse por enfermedades comunes en edades avanzadas de la vida, como problemas cardiacos, diabetes (altos niveles de azúcar en sangre) y algunos tipos de cáncer, así como por el uso de medicamentos para controlar ansiedad, depresión o alergia (antihistamínicos).
Así, la sequedad bucal a la que están expuestos los pacientes de la tercera edad es factor de riesgo para presentar:
- Caries. Deterioro y destrucción progresiva de la estructura dental por la acción de los ácidos generados por los microorganismos que habitan en la boca.
- Granuloma o absceso dental. Acumulación de células muertas y bacterias que se genera cuando la infección de un diente no recibe atención oportuna ni adecuada.
- Sensibilidad dental. Ocasiona dolor al consumir bebidas y alimentos fríos, calientes, ácidos o dulces; se debe a que la parte inferior de la pieza dental (raíz) está expuesta al ambiente, ya que las encías se inflaman levemente por la acción bacteriana.
- Gingivitis. Inflamación de las encías, las cuales sangran a menudo y duelen cuando son tocadas. Esta enfermedad inicia como un problema de sensibilidad dental.
- Enfermedad periodontal. Fase avanzada de la gingivitis que produce inflamación e infección de los ligamentos y huesos que sirven de soporte a los dientes, ocasionando su pérdida.












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